martes, 5 de abril de 2011



No son agallas si no yagas en el alma, cicatrices que se abren cuando piensas que se calma. La vida en mis muñecas dibuja mi evasión, por cada corte que me hago en ellas pierdo la razón. Me encierro y me libero, y sólo pienso en llorar, sé que pocos de los problemas se pueden solucionar, pero... ¿Qué más da? Cuando ya no queda nada... Si perder la fe fue mejor que esperar a que llegara.

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